Creatura carente de motivo para ser. Adicto al café con 3 cucharaditas de azúcar, solía gastar el dinero del Fonca (Beca Jóvenes Creadores 06/07) comprando moka frío (ahora está en busca de un mecenas que le permita mantener esa adicción), asegura que la prueba de la existencia de Dios son las paletas de almendra con cubierta de chocolate; prefiere los climas fríos, las tardes nubladas y el viento del otoño. Mantiene en su baño algunos patitos de hule por si algún día llega a ir Nicoleta (Autopsia a un copo de nieve; Premio Nacional Obra de Teatro, INBA-Baja California 2005) Ha llegado dos veces a la final del Mancebo (Polvo de hadas, 2003; De batallas perdidas, 2006), pero nunca lo ha podido ganar. Mantiene en su curriculum un premio que ni sus propios convocantes recuerdan (La historia ridícula del oso polar que se quedó encerrado en el baño del restaurante; UAM-Xochimilco 2004). Está convencido de que escribe teatro porque no existe otra forma de controlar a los demonios y quizá porque realmente le tiene miedo al suicidio y a las noches de sin luz y lluvia.
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